Entre el fuego infructuoso del crimen organizado y la gendarmería del
gobierno de México, en el estado de Michoacán se crearon los Grupos de
Autodefensa Comunitaria en 2013, quienes buscan restaurar el orden, sin
embargo, han terminando por pelearse y matarse unos a los otros. Ésta es una
nueva fase de la crisis de seguridad en México, según Gary J. Hale,
investigador concurrente sobre política de drogas para el Instituto Baker, quien
también fue jefe de inteligencia de la división de Houston de la Administración
para el Control de Drogas (DEA por
sus siglas en inglés) y embajador de la DEA
en la Ciudad de México. En el resumen informativo del 2014 intitulado “Vigilantism in Mexico: A New Phase in Mexico’s
Security Crisis”, en medio del calor de la violencia, Hale escribió que el
alza continua de los “vigilantes” o autodefensas, es otra “prueba” para el
gobierno mexicano, pues además de que los ciudadanos toman las seguridad en sus
manos, se pregunta “¿cuánto tiempo operarán como unidades independientes de
seguridad?” La respuesta está en seis temas principales que enlista en el
resumen de cuatro páginas: el alza de
las fuerzas de autodefensas provocadas por el fracaso de la administración por
aumentar la seguridad nacional, la legitimidad y la ilegitimidad de las
autodefensas, los escenarios a los que se enfrentan las fuerzas, la
incompetencia de la respuesta del gobierno, las implicaciones de la política
nacional para trabajar en conjunto con los tres poderes del Estado, y las
implicaciones de la política internacional, pues las organizaciones “han
llegado a ser un problema de seguridad inclusive para Estados Unidos”. Hale
destaca que los grupos de autodefensas “son conjuntos de ciudadanos frustrados
que han tomado las armas para proteger sus villas, sembradíos, y especialmente
a la comunidad”, sin embargo, se enfrentan a la cruda realidad de enfrentarse
tanto al gobierno, como al crimen organizado, que puede tener dos
implicaciones, en la política nacional, lo que podría conducir al abuso del
control en la región. La segunda consecuencia podría tener implicaciones en la
política internacional, sobre todo en relación a las minas de hierro y zinc, pues
China es uno de los mayores compradores que llega al puerto de Lázaro Cárdenas;
si el crimen en general no se aprovechara de todo el potencial económico de las
minas, entonces para Hale habría “más inmigrantes buscando trabajo en México y
no en Estados Unidos”.
FUENTE:
Hale, Gary J. “Vigilantism in Mexico: A New Phase in Mexico’s Security Crisis”.
Issue Brief. Houston: Rice University’s
Baker Institute. 04-18-14.
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