Aunque es uno de los
aliados más fieles y antiguos de Estados Unidos, la guerra comercial contra
Canadá en términos de tarifas a los lácteos puede tener consecuencias
desastrosas para la administración del presidente estadounidense Donald
Trump. Robert Litan, investigador emérito no residente para el Instituto
Brookings, y Roger Noll, profesor emérito de la Universidad de Standford,
publicaron “A Trumped-Up Charge against…”
donde han afirmado que el presidente Donald Trump, y su administración “han basado
su disputa pública con Canadá en los aranceles 270% de ese país para las
importaciones de productos lácteos de los Estados Unidos”. Sin embargo,
continúan, algunos hechos ayudarán “a poner este reclamo en perspectiva”, pues Canadá
“apoya su industria láctea al utilizar tanto cuotas de importación como cuotas
de producción domésticas”. El artículo indica que, como parte de este sistema,
Canadá ha negociado cuotas de importación con cada uno de sus principales
socios comerciales. Los Estados Unidos han obtenido una cuota favorable y, como
resultado, exportan más productos lácteos a Canadá de los que importa de
Canadá. En 2017, los estadounidenses vendieron $792 millones de dólares en
productos lácteos a Canadá, mientras que los canadienses vendieron $149
millones de dólares en productos lácteos a los Estados Unidos, creando un
superávit comercial ordenado para los Estados Unidos de casi $650 millones de
dólares. En segundo lugar, “Canadá solo impone aranceles elevados a las
importaciones por encima de la cuota, no a todos los productos lácteos que los
productores estadounidenses les venden”. Por encima de la cuota, los aranceles
aplicados a los productos lácteos van del 200% a más del 300%. Como cuestión
práctica, no se venden productos lácteos a Canadá fuera de la cuota, por lo que
las exportaciones de los Estados Unidos realmente no pagan una tarifa alta. En
tercer lugar, además de subsidiar la producción láctea doméstica, los Estados
Unidos, también usan un sistema de cuotas para elevar los precios de muchos
productos agrícolas, incluidos los productos lácteos. Las cuotas de importación
de los Estados Unidos para productos lácteos son tan bajas, y los aranceles
para las importaciones superiores a la cuota son tan altos que, a excepción del
queso, las importaciones de productos lácteos representan menos del 1% de las
ventas nacionales en los Estados Unidos. Los aranceles de Canadá sobre los
productos lácteos de Estados Unidos, se basan en parte en el valor de las
cuotas y aranceles de los Estados Unidos. Esta práctica es el tipo de
reciprocidad que el presidente Trump afirma que quiere en todos los acuerdos comerciales de Estados Unidos, pero en el comercio de lácteos entre los Estados Unidos y Canadá, ya está sucediendo.
FUENTE: Noll, Roger and Robert E. Litan. “A Trumped-Up Charge against Canadian Dairy Tariffs”. Brookings Institute. 6-13-18.
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