“El
gobierno caerá en un descrédito que nada ni nadie lavará jamás”, escribió el
gran historiador liberal Daniel Cosío Villegas tras la matanza del 2 de octubre
de 1968, que acabó de tajo con el movimiento
estudiantil. Con esa cita abre Enrique Krauze, ingeniero, historiador y
escritor mexicano, su artículo titulado “Tlatelolco: El terremoto histórico de
1968”. Él como estudiante de ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de
México narra que participó activamente en el movimiento estudiantil y declara
que “puede atestiguar el cumplimiento de esa profecía” mencionada al inicio. “El
68 fue un terremoto histórico que cambió para bien la vida política de México”
y “Sus efectos llegan hasta nuestros días”.
Enrique
Krauze menciona que las metas inmediatas del movimiento eran muy modestas:
entre otras, la remoción de jefes de la policía y la derogación de una ley que
penaba con cárcel la disidencia política. Explica que “los estudiantes no
querían derrocar al gobierno ni desatar una nueva Revolución cubana. Tampoco
tenían en mente la democracia […] lo que en el fondo querían era libertad:
libertad de manifestación, de expresión y de crítica”. A un costo alto lo
consiguieron y para el autor la prueba de que se ha alcanzado la libertad se
encuentra en el reciente triunfo de Andrés Manuel López Obrador, ya que “por
primera vez en la historia del país, la izquierda ha llegado al poder en un
marco de libertad y por la vía democrática.”
Krauze
recuerda que su generación era activa y entusiasta, sin embargo, reconoce que,
por desgracia, su ánimo estaba destinado a chocar con Gustavo Díaz Ordaz, “el
más autoritario e intolerante de los presidentes de México”. El Movimiento duró
tres largos y difíciles meses, pero el desenlace que todos recordamos se dio el
2 de octubre, la manifestación terminó en fuego cruzado entre soldados y
ciertos francotiradores misteriosos pertenecientes al “Batallón Olimpia”, un
grupo paramilitar creado por el gobierno, tristemente los que pagaron con su
vida fueron los estudiantes desarmados.
El autor
hace mucho hincapié en que a cincuenta años de aquel “terremoto político del
68”, la profecía de Cosío Villegas ha llegado a su desenlace natural. “Aunque
el PRI sobrevive, ya no es un sistema o un régimen, es un partido más, que no
supo borrar las sombras de su pasado”. Finalmente, Enrique Krauze menciona que
con las reglas e instituciones de la democracia, y haciendo uso pleno de las
libertades, Andrés Manuel López Obrador ha logrado una votación que le da el
control del congreso y de la mayor parte de los congresos estatales. El nuevo
presidente electo tendrá el poder absoluto, como lo tuvieron los presidentes
del PRI, incluidos Díaz Ordaz y Echeverría. El autor, y todo el país, esperan que
lo use con la moderación, tolerancia, pluralidad y voluntad de dialogo que
aquellos presidentes no tuvieron. “Y ojalá respete la libertad de expresión, el
mejor legado del movimiento estudiantil de 1968.”
FUENTE:
Krauze, Enrique. “Tlatelolco: El terremoto histórico de 1968”. The New York Times Es. 30-09-18.
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