De acuerdo con un artículo
destacado escrito por Jie Zong y Jeanne Batalova, analistas de políticas del Migration
Policy Institute, en 2017,
aproximadamente 4.4 millones de inmigrantes caribeños residían en los Estados
Unidos, representando el 10% de los 44.5 millones de inmigrantes de la nación.
Las
analistas mencionan que la migración a gran escala del Caribe a los Estados
Unidos comenzó en la primera mitad del siglo XX y consistió principalmente en
trabajadores, incluidos trabajadores invitados del programa de las Indias
Occidentales Británicas que trabajaron en la agricultura de los Estados Unidos
a mediados de los años cuarenta, así como los exiliados políticos de Cuba. Posteriormente,
la migración se aceleró en la década de 1960 cuando las empresas
estadounidenses reclutaron a un gran número de trabajadores angloparlantes procedentes
de antiguas colonias inglesas (por ejemplo, Jamaica). Al mismo tiempo, la
inestabilidad política en Cuba, Haití y la República Dominicana impulsó la
emigración de los miembros de la élite y profesionales calificados.
Para
entender el crecimiento de la población, Zong y Batalova señalan que entre 1980
y 2000, la población inmigrante caribeña aumentó en más del 50% cada diez años
(54% y 52%, respectivamente) para llegar a 2.9 millones en 2000. Desde el 2000,
la población aumentó 26%, 3.7 millones en
2010, y creció otro 18%, para alcanzar el número de 4.4 millones, en 2017.
Ahora
bien, las analistas, basadas en estimaciones de mediados de 2017 de la División
de Población de las Naciones Unidas, mencionan que los Estados Unidos son, por mucho,
“el principal destino de los emigrantes caribeños fuera de la región, seguidos
de Canadá (405.000), España (294.000) y el Reino Unido (232.000). La mayoría de
los inmigrantes caribeños obtienen residencia permanente legal en los Estados
Unidos a través de tres canales principales: califican como familiares
inmediatos de ciudadanos estadounidenses, a través de preferencias patrocinadas
por la familia, o como refugiados y asilados”.
Jie Zong y
Jeanne Batalova enuncian porcentajes en diversos ámbitos que enfrentan los
caribeños en los Estados Unidos. Entre ellos se encuentran el dominio del
inglés, la edad, educación y empleo,
ingresos y pobreza, etc. Los datos demuestran que a pesar de que los inmigrantes
del Caribe son ligeramente más propensos a dominar el inglés, en otros
aspectos, como los ingresos, “son menos beneficiados, pues en promedio los
ingresos familiares de los inmigrantes caribeños son más bajos que el total de
la población nacida en el extranjero” lo que explica que en 2017, los hogares
encabezados por un inmigrante caribeño tenían un ingreso
promedio de $ 47.000 dólares, en comparación con $ 56.700 y $ 60.800 para todos
los hogares de inmigrantes y nacidos en los Estados Unidos, respectivamente.
FUENTE: Zong, Jie y Jeanne Batalova. ”Caribbean
Immigrants in the United States”. Migration
Policy Institute. 02-13-19.
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