Según información de Lauren Gurley Kaori, reportera e
investigadora de The New Republic, no hace mucho ambos políticos, tanto Donald
Trump como Marco Rubio, se sabían como enemigos y declaraban en contra de cada
uno llamándose de manera despectiva.
Trump llamó al legislador “Liddle Marco” y además cuestionó su ciudadanía en febrero de 2016. Por su
parte, Marco Rubio llamó a Donald Trump un “estafador”, tal y como lo muestra
el artículo “Rubio
called Trump a dangerous ‘con man.’ Now he says Trump should be president” publicado por The Washington Post. Sin embargo, la relación cambió después
de que Trump tomara la presidencia y Rubio asumiera el cargo como ningún otro
legislador, la visión de los Estados Unidos para América Latina. Hasta hace
poco, la política exterior hacia esa región era incipiente o nula, con una
visita a la Cumbre del G-20 por parte del presidente estadounidense en
Argentina, y el vacío de 11 puestos diplomáticos de 28 en América Latina y el
Caribe, hasta el 23 de enero de este año, según Lauren Gurley Kaori.
A vista de la reportera, la fuerza detrás de que la
administración Trump reconociera al actual líder de la oposición Juan Guaidó,
es debido en buena medida a Marco Rubio y su visión antagónica con tres
regímenes específicos de la región, Venezuela, Cuba y Nicaragua. Esto se puede
ver en el artículo “Bolton
praises Bolsonaro while declaring ‘troika of tyranny’ in Latin America”
redactado por Julian Borger para The
Guardian.
Finalmente, Lauren Gurley Kaori menciona que el
futuro de esa visión parece que apenas comienza, en donde la meta sería la
reversión total de los movimientos de izquierda en América Latina que imperaron
a principios de los 2000, con un apoyo decidido a cambiar hacia gobiernos más
afines a las políticas de Washington.
FUENTE: Gurley
Kaori, Lauren. “Marco Rubio, secretario de Estado de la sombra de Trump”. The New Republic. 14-02-10.
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