
Neil G. Ruiz, director asociado de migración global y
demografía en el Centro de investigación
Pew y John Gramlich, escritor/editor
en el mismo Centro, resaltan que alrededor de un tercio (36%) de todos los
inmigrantes de en los EE.UU. tienen un título universitario, muy por debajo de
las acciones en Canadá (65%), el Reino Unido (49%) y otros países
económicamente avanzado con un número considerable de inmigrantes.
En días pasados el presidente Donald Trump ha
expresado su apoyo a la inmigración de “personas talentosas y altamente capacitadas”.
Conforme una encuesta de primavera de 2018 realizada como parte del informe
reciente del Centro, el 78% de los adultos de los Estados Unidos dijeron que
apoyan el fomento de personas altamente calificadas para que emigren y trabajen
en el país. Asimismo, más de ocho de cada diez demócratas e independientes
demócratas (83%) dijeron esto, al igual que el 73% de los republicanos y los
partidarios del Partido Republicano.
De acuerdo con Neil G. Ruiz y John Gramlich, actualmente
hay cuatro caminos que muchos inmigrantes altamente educados toman para
estudiar y trabajar en los Estados Unidos. El primero de ellos son las visas
H-1B, fueron creadas por la Ley de Inmigración de 1990 y “es el programa de
visas más grande de la nación para el empleo temporal de trabajadores nacidos
en el extranjero que tienen conocimientos especializados y una licenciatura o
superior”. Este “permite que los empleadores estadounidenses contraten
extranjeros para trabajar de manera temporal” y “se otorgan directamente a las
compañías por orden de llegada”. Sin embargo, recientemente el Departamento de
Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) emitió una regla que cambia
la manera en que se seleccionan las peticiones H-1B, dando prioridad a las
personas con títulos de posgrado en los Estados Unidos. El segundo camino son
las Visas F-1, estas son “el tipo más común de visa de estudiantes extranjeros”
y “generalmente se otorga a quienes cursan estudios universitarios en los EE.
UU., incluidos los títulos de asociado, licenciatura, maestría y doctorado”.
Otra opción es la formación práctica opcional (OPT
por sus siglas en inglés) la cual “permite a los extranjeros que son
estudiantes de tiempo completo en colegios y universidades estadounidenses
permanecer en el país temporalmente para obtener experiencia laboral práctica
después de graduarse. A diferencia del programa H-1B, el programa OPT no
requiere que los solicitantes sean patrocinados por un empleador, y no
establece un límite en el número de personas que pueden participar. Pero la
duración de la residencia legal bajo OPT es más corta que bajo H-1B”.
Por último, existen las tarjetas verdes, estas “brindan
residencia permanente legal a aproximadamente un millón de personas nacidas en
el extranjero cada año, según un complejo sistema de categorías y cuotas de
admisión”.
FUENTE: Ruiz, Neil G. y John
Gramlich. “4 paths highly educated immigrants take to
study and work in the U.S.”. Pew Research
Center. 02-01-19.
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