El sábado 28 de mayo, los equipos de la Casa Blanca y Kevin McCarthy (R-California), presidente de la Cámara de Representantes, alcanzaron un “acuerdo en principio” sobre el límite de la deuda pública y el presupuesto federal que fue sometido a consideración del Congreso esta semana a fin de impedir la suspensión de pagos el 6 de junio, según el plazo último firme que identificó Janet Yellen, secretaria del Tesoro. Joe Biden y McCarthy acordaron enviar el texto del proyecto bipartidista de presupuesto conocido como “Ley de Responsabilidad fiscal” a consideración del Congreso el 30 de mayo. Con todo, los líderes políticos parecen optimistas de que pueden vender un ACUERDO BIPARTIDISTA DE COMPROMISO SOBRE EL TECHO DE LA DEUDA A SUFICIENTES LEGISLADORES CENTRISTAS, “superando las bulliciosas críticas de izquierda y derecha”, con la urgencia suficiente para evitar un primer incumplimiento nacional de los $ 31.4 billones que Estados Unidos debe a los acreedores.
El día 29 de mayo el presidente de los Estados Unidos declaró que: "No hay ninguna razón por la que no deba hacerse antes del día 5", refiriéndose a que el Congreso aprobó una legislación sobre el techo de la deuda antes de que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, predijera que Estados Unidos se quedaría sin dinero para pagar sus facturas después del 5 de junio.
Pero el acuerdo, acordado por Joe Biden y el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, el fin de semana después de semanas de tensas negociaciones intermitentes, ha dejado a algunos en Washington cuestionando sihabían recibido suficientes concesiones. Se espera el proyecto de ley de 99 páginas en el Senado de los Estados Unidos sea firmado por el presidente Biden y evitar un incumplimiento de pagos.
Por otra parte, seguimos entrampados en el ambiente político de investigaciones contra el expresidente Donald Trump, pero también hay una ofensiva en el liderazgo republicano para cambiar y atenuar parte de las descalificaciones que ha sido objeto, dando una nueva contextualización a los varios asuntos jurídicos y personales en lso cuales ha estado envuelto el expresidente.
Por otra arte, el gobernador Ron de Santis pone a prueba el legado de la maquinaria trumpista para desafiar la nominación republicana de Donald Trump y se espera una ardua recomposición de las campaña primeramente en los Caucus de Iowa. Quizá no sea tan tarde para que repunten las preferencias hacia el gobernador conservador, que está muy rezagado, ante las grandes expectativas que genera su inclusión en el panorama político electoral futuro.
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