Albert Einstein formuló que, si la
abeja se extingue, colapsaría el sistema alimenticio, lo que provocaría una
crisis humanitaria; pues si bien algunos podrían asegurar que actualmente se
hace algo para remediar esa situación, irremediablemente, al mirar hacia la
abeja, ignoramos muchas otras actividades humanas que conducen al desequilibrio
irreversible de la naturaleza, como las operaciones en el hábitat marino. Según
un estudio de 2006 para la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, 13 científicos junto con Boris Worm, doctor
de la Universidad de Dalhouse en Nueva Escocia, estimaron que, para 2018, se
producirá una extinción masiva de las especies en todos los océanos. Es una
situación que jamás tuvo siquiera una posible resolución, puesto que, desde que
tuvieron lugar la sobrepesca, la contaminación, la pérdida de hábitat y el
cambio climático, fue descrito el destino de la vida marina. Nicola Beaumont,
una doctora partícipe de la investigación, durante un comunicado de prensa en
el 2006, afirmó los resultados del estudio fueron “una sorpresa desagradable”,
y subrayó que esta destrucción “no se prevé que suceda, pues está sucediendo
ahora”. Este artículo es muy recomendable para ver las conclusiones de los
científicos y los números de hace 12 años, los cuales indicaban que el 29% de
las especies comestibles de pescado y mariscos habían disminuido un 90%, lo que
significaba el colapso de las pesquerías; no obstante, más que el consumo, la
muerte de las especies marinas por las toxinas en el agua es un factor decisivo
de la crisis de las especies.
Fuente: DeNoon, Daniel. “Salt-Water Fish
Extinction Seen By 2048”. CBS News. 02-11-16.
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