“Desde la
promulgación de la Ley de Ética en el Gobierno, los presidentes estadounidenses
han llegado al cargo con una apreciación de lo importante que es predicar con el
ejemplo. Aunque están exentos del estatuto sobre conflicto de intereses —que
prohíbe a otros funcionarios trabajar en temas que afecten sus intereses
financieros— todos han cambiado sus inversiones de bienes por los que habría
conflicto y pusieron sus ganancias en fideicomisos liderados por un tercero.
Sabían que estar exentos del estatuto no es un premio por estar en un cargo de
alto nivel, sino un reconocimiento pragmático de que Estados Unidos necesita que
su presidente esté ocupado con los temas urgentes del Estado. Al someterse a los
mismos estándares que el resto de la rama ejecutiva, le enviaban un mensaje
claro a sus subalternos. Esta tradición tuvo un abrupto final con el presidente
Donald Trump…”.
Walter M. Shaub, Jr., Walter Shaub: How to
Restore Government Ethics in the Trump Era, The New York Times, 7-18-17
Comentarios
Publicar un comentario