El impacto del Covid-19 en el mundo del trabajo no tiene precedente, ya que, por su magnitud y profundidad, y por la velocidad en la pérdida de empleos y en el colapso de la actividad económica global, no se puede comparar con otros sucesos de nuestro tiempo. Alrededor de 170 países registran caídas en sus ingresos y en puestos de trabajo. Por ello, es necesario tomar medidas inmediatas para proteger el empleo y el ingreso de los trabajadores que han quedado desempleados, y hacerlo mediante la utilización de todos los instrumentos disponibles, como los provenientes de recursos fiscales, la inyección masiva de liquidez, y el uso de instrumentos no convencionales por parte del Banco de México, así como con la intervención de la banca de desarrollo, e incluso debería evaluarse la posibilidad de utilizar los recursos externos que ofrecen los organismos financieros internacionales.
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