
México dejó
en claro a lo largo de los años que gran parte de su economía se sostiene con
base en el petróleo (alrededor del 30% del ingreso nacional), sin embargo, la
inhabilidad de dicho sector -y de las administraciones presidenciales- para
adaptarse al cambio y entrar en el círculo de la innovación y el desarrollo ha
terminado con una reforma energética que resalta más por su necesidad que por
su credibilidad. Por primera vez en 75 años el sector energético (petróleo, gas
y electricidad) abrió sus puertas a la iniciativa y la colaboración
privada/extranjera, algo que es calificado por muchos como parte del tardío
proceso de modernización política y económica en México. El Wilson Center,
centro de investigación localizado en Washington D.C., ha publicado un extenso
y exhaustivo análisis sobre esta transición, la cual consideran benéfica para
el futuro del país. En la publicación se da cuenta de cómo el sector energético
ha logrado llevar a cabo más investigaciones y exploraciones de estos recursos,
lo cual había sido imposible hasta hace unos años debido a la remota
localización del petróleo (fondo del Golfo de México y áreas de difícil acceso
en tierra mexicana). El Wilson Center se suma al entusiasmo por la reforma,
pero asegura que existen aún diferentes áreas de oportunidad para el sector,
sobre todo para asegurar su competitividad, su eficacia y desempeño
internacional.
FUENTE: Wood, Duncan. "Mexico’s New Energy Reform". Wilson Center. Mexico Institute. October, 2018.
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