A lo largo del siglo XX, la economía
global se basó en la combustión del carbón para operar fábricas, plantas de
energía y de petróleo para mover aviones, trenes y automóviles. Mientras más
carbón y petróleo quemaban los países, y mientras más dióxido de carbono
emitían (lo que aumenta el calentamiento del planeta), mayor era su crecimiento
económico. Actualmente, existen estudios que parecen indicar que el incremento
del PIB y las emisiones de carbono no tienen que crecer a la par, y que
podríamos estar en los albores de la era del “desacoplamiento” de estos dos
indicadores.
El año pasado, por primera vez en los
40 años que se han registrado estos parámetros, un estudio de la Agencia
Internacional de Energía reveló que en 2014 el PIB global creció y las emisiones
de carbono se estabilizaron. Una investigación publicada por la Agencia
Internacional de Energía descubrió que la tendencia se mantuvo en 2015.
Nathaniel Aden, investigador del World
Resources Institute, concluyó que desde el inicio del siglo XXI, 21 países
(entre los que se incluye a Estados Unidos) ya han desacoplado por completo su
crecimiento económico de las emisiones de carbono.
FUENTE: Coral Davenpor, Can Economies Rise as Emissions Fall? The Evidence Says
Yes, The New York Times, 6-4-16
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