…la
renuncia sorpresiva de John Boehner no es más que la última expresión del auge
del repudio a los políticos del establishment. Y el Partido Republicano
enfrenta esta presión de forma peculiar. En el Congreso, no sólo se debate
sobre el nuevo Speaker, sino que John
McCain llama a “dejar de pelearse entre sí”. Los gobernadores expresan por
doquier su molestia, y desde Louisiana, Bobby Jindal pidió incluso la renuncia
del líder del Senado, Mitch McConnnell. El Tea
Party es otro que celebra. Entre los precandidatos presidenciales, además
de que los tres punteros en las encuestas son foráneos al partido, Marco Rubio
podría desplazar a Jeb Bush como favorito de la cúpula partidista, desde ya
pide que la salida de Boehner debe permitir el ascenso de dirigentes jóvenes.
FUENTE: Shane
Goldmacher, “The GOP civil war infects 2016”. Politico.com, 25/septiembre/2015
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