In the Mueller Report, Erik Prince Funds a Covert Effort to Obtain Clinton’s E-Mails from a Foreign State
El
18 de abril se publicó el Reporte de investigación del fiscal especial Robert
Mueller sobre la interferencia del gobierno de Rusia en las elecciones presidenciales
de Estados Unidos de 2016 y sobre la posible colusión de estos con los
coordinadores de campaña de Donald Trump. El documento de 448 páginas fue
recibido en ese entonces por el fiscal general William Barr, quien públicamente
expuso la conclusión de Mueller: “No hubo conspiración o actividades ilegales
para interferir en la campaña de 2016, no hubo colusión con ciudadanos
estadounidenses u otras entidades”. Sin embargo, permanecen muchos temas en el
aire dentro del vasto reporte, de entre los cuales se resalta la conclusión de
Mueller de que el documento “no exonera de ningún crimen a Donald Trump”. En el
artículo recomendado hoy de la revista estadounidense The New Yorker, se describe cómo Erik Prince, el fundador multimillonario
de la empresa de seguridad informática Blackwater y citado en el Reporte de
Mueller, como un espía que formó parte de un intento oculto de “un país” por
obtener los correos electrónicos de Hilary Clinton y perjudicar a la candidata a
la presidencia.
La autora del artículo Jane Mayer, jefa de redacción
del New Yorker en el área corresponsal
de Washington, va explicando a lo largo de su artículo que Prince, hermano de
la secretaria de Educación Betsy DeVos, ayudó financieramente a los esfuerzos
por obtener los correos electrónicos privados desde la Dark Web. La Internet, dividida comúnmente en Clearnet (en el que se pueden encontrar páginas como Google o
Facebook, pero que solo representa el 10% de contenido de la red), la Deep web (el 90% del contenido de la red
a la que no se puede acceder públicamente) y la Dark Web (el 0.1% de la Deep Web
que no está indexada por buscadores convencionales y a la que solo se puede
acceder con aplicaciones especiales). Esta última parte de la Internet permite
que se desarrollen actividades ilegales, como el espionaje y hacking, tema que asocia el Reporte de
Mueller con la actividad de campaña de Donald Trump y la controversia rusa.
A lo largo del artículo del New Yorker se van revelando toda una serie de redes entre las amistades
y los aliados de Donald Trump con sus coordinadores de campaña que se analizaron
en el Reporte de Mueller. Todos son participantes de un proyecto en común:
obtener los correos electrónicos de Clinton. Dentro de todo este entramado, resalta
el nombre de Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, una página que fue la
primera en publicar el contenido de los correos de la candidata, aunque el
Reporte señala que la página primeramente los había robado a John Podesta, uno
de los delegados de la campaña de Clinton. El artículo de Mayer, no solo revela
que la conclusión de Robert Mueller sobre que Donald Trump es totalmente
pertinente, sino que también revela la impotencia del juez especial por
imputarle un cargo al presidente debido a la complejidad del asunto.
FUENTE: Mayer, Jane. “In
the Mueller Report, Erik Prince Funds a Covert Effort to Obtain Clinton’s E-Mails
from a Foreign State”. The New Yorker. 04-18-19.
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