
El ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pronunció la Conferencia
Anual de Nelson Mandela (1918-2013), a cien años de su nacimiento, en
Johannesburgo, Sudáfrica. El discurso de Obama abordó el clima político actual,
como la conferencia de prensa del presidente Donald Trump y su homónimo ruso,
Vladimir Putin en Helsinki, Finlandia, o también sobre la creciente ola de racismo
en Estados Unidos. El periódico
The New
Yorker, publicó una transcripción editada del discurso el cual, finalmente, vale la pena revisar por su contenido y también por la celebrada retórica que tanto ha
caracterizado al presidente número cuarenta y cuatro de Estados Unidos: “Cuando
mi personal me dijo que iba a dar una conferencia, volví a pensar en los viejos
profesores con corbatas y me pregunté si esto era una señal más de la etapa de
la vida en la que estoy entrando, junto con el gris cabello y vista levemente
fallando. Pensé en el hecho de que mis hijas piensan que todo lo que les digo
es una conferencia. Pensé en la prensa estadounidense y en cómo a menudo se
frustraban con mis respuestas prolijas en conferencias de prensa, cuando mis
respuestas no se ajustaban a las citas de dos minutos. Pero dados los tiempos
extraños e inciertos en los que nos encontramos -y son extraños, y son
inciertos- con los ciclos de noticias de cada día trayendo más titulares y
titulares inquietantes, pensé que tal vez sería útil dar un paso atrás por un
momento e Intenta obtener algo de perspectiva. Entonces, espero que me
consientan, a pesar del ligero escalofrío, ya que paso gran parte de esta
conferencia reflexionando sobre dónde hemos estado y cómo llegamos en este
momento presente, con la esperanza de que nos ofrecerá una hoja de ruta para
donde tenemos que ir después. Hace cien años, Madiba nació en el pueblo de
Mvezo. En su autobiografía, describe una infancia feliz: cuida del ganado; él
está jugando con los otros chicos. [Él] finalmente asiste a una escuela donde
su maestro le dio el nombre en inglés Nelson. Y, como muchos de ustedes saben,
se lo cita diciendo: "Por qué me otorgó este nombre en particular, no tengo
ni idea". No había ninguna razón para creer que un joven negro en este
momento, en este lugar, pudiera de alguna manera alterar la historia. Después
de todo, a Sudáfrica le había faltado menos de una década desde el pleno
control británico. Ya, las leyes estaban siendo codificadas para implementar la
segregación racial y el sometimiento, la red de leyes que se conocería como el
apartheid. La mayor parte de África, incluida la patria de mi padre, estaba
bajo el dominio colonial. Las potencias europeas dominantes, que terminaron con
una horrible guerra mundial tan solo unos meses después del nacimiento de
Madiba, vieron a este continente y su gente principalmente como botín en una
competencia por el territorio y abundantes recursos naturales y mano de obra
barata. La inferioridad de la raza negra, una indiferencia hacia la cultura
negra y los intereses y aspiraciones, era un hecho”.
FUENTE: Obama, Barack. “The Nelson Mandela
Lecture”. The New Yorker.
07-18-18.
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