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López Obrador en una conferencia de prensa anunciando la designación de Marcelo Ebrard como secretario de Relaciones Exteriores de México. |
Incluso en temporada
electoral, las actitudes y los comentarios han sido cambiantes e inciertos
entre el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, y el
presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Ciertamente, se ve como una
relación en la que ambos líderes tienen que “aguantarse”, pero simplemente “no
esperen a que esto mejore”, dice Shannon O’Neil, autora del siguiente artículo
recomendado del día, “The Coming
U.S.-México Blow-Up”. O'Neil es investigadora principal de Estudios sobre
América Latina en el Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York; ella señala
en este artículo que en la víspera de las elecciones en México, incluso antes
de que el Instituto Nacional Electoral anunciara los resultados, el presidente
Donald Trump tuiteó felicitaciones a Andrés Manuel López Obrador. Los dos
líderes continuaron al día siguiente con una llamada telefónica agradable. La
semana siguiente, tres secretarios del gabinete de los Estados Unidos, junto
con el asesor principal de la Casa Blanca, Jared Kushner, se dirigieron a la
Ciudad de México para reunirse con sus homólogos y el presidente electo. Aunque
la prensa y los mercados han tomado estos gestos como signos de relaciones más
positivas por delante, dice O’Neil que “estas sutilezas iniciales documentan
abismos profundos en prioridades, posiciones y política doméstica”. Por lo
tanto, la investigadora pronostica una explosión que “puede no estar lejos”. Por
decir, la reciente carta de López Obrador a Trump muestra cuán diferente es su
opinión sobre lo que implica una relación bilateral prometedora. Continúa
diciendo que la misiva de siete páginas expone sus planes de desarrollo
económico para México, en detalle, y refleja su opinión de que las soluciones a
los desafíos bilaterales de migración, seguridad y comercio dependen del avance
económico de México. Pero O’Neil recuerda que es “seguro decir que el
presidente Trump tiene poco interés en plantar 1 millón de hectáreas de árboles
en México, mucho menos financiarlo”, y a esto se suma el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN), pues no parece el socio que Trump está
buscando. El presidente estadounidense busca otras cosas más que las
conversaciones bilaterales sobre política y economía. En cuanto al tema de
migración, O’Neil subraya que a través de la secretaria del Departamento de
Seguridad Nacional (DHS por sus
siglas en inglés), Kirstjen Nielsen, han buscado el acuerdo del tercer mundo
que “forzaría a los centroamericanos a pasar a través de México para aplicar
aquí por asilo”. O’Neil enlista otras treinta cosas en las que el presidente
Trump difiere de los planes del presidente electo López Obrador, pero hay que
tomar en cuenta que México, a pesar de los desacuerdos, pudo mantener un
acuerdo más de 25 años, el TLCAN.
FUENTE: O’Neil, Shannon K. “The Coming U.S.-Mexico
Blow-Up”. Council
on Foreign Relations. 07-26-18.
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