La toma de posesión de Andrés Manuel López
Obrador el 1 de diciembre ha dado a algunos de los observadores internacionales la oportunidad de
ver el estilo de gobierno de la nueva administración, “que no ha dejado de
sorprender y preocupar alternativamente”.
Duncan Wood, colaborador de Americas Quarterly, publicación
líder en política, negocios y cultura en las Américas, menciona en su artículo
titulado “What We Learned from the AMLO Transition” que ha quedado de manera
clara que AMLO (Andrés Manuel López Obrador) quiere consolidar el poder en
México mediante dos factores imprescindibles para lograrlo.
En primer lugar, su diagnostico de los males de
México se centra en la percepción de que el país “se ha vuelto ingobernable”,
viéndolo de alguna manera rota y ensangrentado, tal vez mucho de esto tenga que
ver con la corrupción en los niveles políticos y su vínculo con el crimen
organizado, el cual bajo la democratización
y la devolución del poder a los estados ha ocasionado la debilidad del gobierno
para poner orden. En segundo lugar, habiendo luchado por la presidencia durante
18 años, una de las cuales cree que le fue robada, Andrés Manuel está decidido
a tomar el control total del estado mexicano. La victoria de actual mandatario
fue una sorpresa para México, pero también para él, pues no sólo tuvo una
incuestionable y abrumadora victoria con 53% del voto popular, sino que también
logró obtener una mayoría para su partido Morena en ambas Cámaras, así como el
control de la mayoría de las legislaturas estatales.
El autor del artículo menciona que debido a la
creencia de la ingobernabilidad, el nuevo gobierno ha buscado otras maneras de
vigilar más de cerca a los estados, sobre todo en el tema del presupuesto contando
ahora con un "Coordinador Estatal de Programas de Desarrollo" para
afianzar aún más el poder federal; sin embargo, esto ha generado protestas de
algunos gobernadores para con su autonomía. La corona del pastel del control
centralizado involucra el plan de la “austeridad republicana” recortando los gastos
excesivos y sobre todo apoyándose en un discurso de adelgazamiento del Estado,
con recortes a la alta burocracia, donde Andrés Manuel ha señalado en más de
una ocasión a los tecnócratas que han ocupado durante los últimos sexenios
altos puestos en importantes instituciones.
Aunque AMLO tiene un gran capital político y amplia
legitimidad, de las cuales no gozaron sus dos antecesores, Wood ve a un
presidente “que le gusta más gobernar a la manera hegemónica gramsciana, esto
es, “con el consentimiento del pueblo mexicano y no con la coerción que le da
la figura presidencial”. Esto se ha reflejado en las “consultas ciudadanas” que
bien han demostrado el poder de Andrés Manuel López Obrador, sin todavía estar
en posesión de la presidencia, y que ha gustado a la mayoría de la población,
al ser tomada en cuenta por un medio de participación directa, aunque
destacando grandes fallas e inconsistencias.
No han faltado las reacciones en contra de la minoría
empresarial mexicana, sobre todo en la polémica construcción del Nuevo Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México en Texcoco. Si bien crea poco incentivo de
inversión por el ambiente incierto que generan estas decisiones, sienta un
vínculo mucho más fuerte con el grueso de la población, en donde se preferencia
lo popular por lo elitista.
Desde la perspectiva de Duncan Wood, aún hay bastantes preguntas pendientes, pero
de lo que tiene certeza es que 2019 será crucial en la historia de México y su
trayectoria económica y democrática.
FUENTE: Duncan, Wood. “What We Learned from the
AMLO Transition”. Americas Quarterly.
11-29-18.
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