Carlota García Encina, Elcano, 12-5-16
El magnate Donald Trump será el candidato
republicano en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos. Con seis meses por delante hasta las elecciones del 8 de noviembre muchos se preguntan aún cómo The Donald ha llegado hasta aquí, pero también cuáles serán las consecuencias de su nominación para el Partido Republicano...
Donald Trump no tuvo la mejor organización de esta campaña, en este
campo superado con creces por Ted Cruz. Tampoco se rodeó de prsonas con
suficiente experiencia, ni contó con los mejores anuncios televisivos, y
ni siquiera fue quien más dinero gastó. Pero Trump sí tenía un
mensaje. Entendió el estado de ánimo de parte del electorado
norteamericano: su enfado con el gobierno federal, sus pocas
expectativas de futuro y su deseo de un verdadero cambio político.
Trump les dijo a los votantes que no tenían que seguir conformándose y
su mensaje fue muy explícito: Make America Great Again.
Para la autra no es que Trump no sea presidencialista... sino que no es un republicano al uso, apartándose de la
ortodoxia republicana. Se opone al libre comercio y aboga por cierta
cobertura social, se muestra abierto con el tema del aborto, y se ha
mofado de la política de Bush en Irak, que sigue siendo popular entre
los republicanos.
Su difícil calificación política ha dejado obsoletas las divisiones
regionales, ideológicas y religiosas que han moldeado al Partido
Republicano en los últimos años. Y, por lo tanto, con su llegada no se
ha conseguido cerrar el debate que desde 2008 planea en el GOP: si el
Partido está perdiendo votantes porque sus candidatos no son lo
suficientemente conservadores, o porque se basa en un electorado
limitado que está siendo eclipsado por el crecimiento de las minorías
en el país... Continuar la lectura
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