
Muchos responsables de la
formulación de políticas estadounidenses e internacionales han reconocido cada
vez más la desigualdad de género como una cuestión de derechos humanos y
desarrollo causada por relaciones de poder desiguales de larga data entre
hombres y mujeres. Este desequilibrio se refleja en estereotipos, actitudes y
comportamientos generalizados que perpetúan un ciclo de discriminación en
muchas sociedades, con consecuencias significativas para el estatus
socioeconómico y la seguridad de las mujeres. A menudo, las mujeres no tienen
el mismo poder de decisión con los hombres y no pueden tomar decisiones
independientemente que afectan su bienestar general, incluyendo las decisiones
del hogar, el estado civil, la salud, la educación, el sustento y la
participación cívica. En comparación con sus contrapartes masculinas en la
fuerza laboral mundial, las mujeres ocupan menos puestos remunerados y ganan
menos por un trabajo similar. Muchas mujeres también carecen de protecciones
legales básicas. Por ejemplo, en más de 70 países las mujeres no poseen
derechos de propiedad o herencia, y en más de 40 países las mujeres no tienen
protección legal contra la violencia doméstica. A nivel mundial, el 60% de las
poblaciones inseguras alimentarias son mujeres y niñas. La aparición de la
enfermedad del Coronavirus 2019 (COVID-19) ha exacerbado aún más estos
problemas; algunos expertos sugieren que cualquier ganancia reciente en la
igualdad de género puede perderse debido a los impactos secundarios de la
pandemia.
Los gobiernos
seleccionados de los esfuerzos internacionales, incluidos los Estados Unidos,
han pensado en abordar la igualdad de género en los foros internacionales. Por
ejemplo, las Naciones Unidas (ONU) La Convención sobre la Eliminación de todas
las Formas de Discriminación contra la Mujer (1979), ratificada por 189 países,
es el único tratado que aborda específicamente los derechos de las mujeres. Los
Estados Unidos han firmado pero no ratificado la convención debido a
preocupaciones de soberanía. En la
Conferencia Mundial sobre la Mujer (1995), los gobiernos, incluidos los Estados
Unidos, se comprometieron a eliminar la discriminación contra las mujeres y
afirmaron que "los derechos de las mujeres son derechos
humanos". Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas Resolution 1325 on Women, Peace, and Security(2000),
que fue fuertemente apoyado por los Estados Unidos, instó a los gobiernos a
garantizar la mayor representación de las mujeres en todos los niveles de toma
de decisiones para la prevención, gestión y resolución de conflictos. ···(Desde entonces, el Consejo ha adoptado nueve resoluciones de
aprobación.)
FUENTE: CRS, Global Women’s Issues: Background and Selected U.S. Efforts, 04-06 https://crsreports.congress.gov/product/pdf/IF/IF11804
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