En la elección de 21 de octubre de Canadá, los liberales de Trudeau fueron excluidos en Alberta y Saskatchewan. Esta preocupación se vio reflejada en el nuevo gabinete de Trudeau presentado a un mes de las elecciones federales. Un primer objetivo es trabajar con los primeros ministros, particularmente los destacados antagonistas de Trudeau, como son Jason Kenney de Alberta de Alberta y Scott Moe de Saskatchewan. El PM nombró a dos ministros clave con vínculos con las dos provincias, y posicionó a un ex ministro del gabinete “con ojos y oídos en las Praderas”, destaca Chrystia Freeland como su ministra de Asuntos Intergubernamentales y viceprimera ministra. Hacerla viceprimer ministra señala la responsabilidad de ser “la primera entre iguales en decisiones de política interna y exterior”. Su trabajo es utilizar las habilidades diplomáticas que perfeccionó al tratar con la administración Trump para encontrar soluciones a las quejas regionales, comenzando en las Praderas. Trudeau quiere resultados tangibles de su gobierno minoritario, y si la historia es alguna guía, “puede esperar que ese gobierno dure sólo dos años según analistas”. La clave acerca de los gabinetes en situaciones minoritarias es que se necesita un gabinete con grandes habilidades políticas, que sepa dónde están los escollos”, dijo David Herle, quien ocupó un papel de alto nivel en el gobierno minoritario de Paul Martin de 2004 a 2006.
Por otro lado, en Estados Unidos, después del bombardeo de información sobre las audiencias públicas de mediados de noviembre, la mayoría de las noticias de la quincena ocurrieron entre bastidores mientras el Comité de Inteligencia de la Cámara de Administración anunció un informe sobre lo que creen que el presidente Trump hizo mal. Durante la pausa en acción del Congreso, el abogado personal de Trump, Rudolph W. Giuliani, recibió mucha atención. Un estadounidense de origen ucraniano recientemente acusado que ayudó a Giuliani a buscar “suciedad en los demócratas” dijo que desea testificar ante el Congreso sobre esos esfuerzos. Se trata del poderoso legislador republicano, Lev Parnas, a través de un abogado, quien implicó al principal republicano en el comité de inteligencia de la Cámara Representante David Nunes (R-Calif.), el cual criticó los informes sobre su participación, pero no negó afirmaciones específicas sobre su contacto con los ucranianos. Tras esa noticas mucho se ha escrito de Nunes y su relación con el presidente Trump incluso en similitud de estrategias políticas contra los medios de comunicación. Una vez más el escándalo reinó después de las audiencias del 19 al 21 de noviembre y opacó la discusión de asuntos importantes del Quinto Debate de precandidatos demócratas. El presidente Trump ha reactivado la lucha en Afganistán contra el terrorismo para acallar críticas a su desempeño en política exterior. La historia continúa ya que a nivel judicial en diciembre se esperan batallas que puedan ganar los republicanos para desactivar la remoción del presidente pero también otras que salgan en la siguiente fase de juicio político.
Comentarios
Publicar un comentario