Patrick
Healy, The New York Times, 27-7-16
Si
Hillary Clinton llega a la presidencia, sus asesores aseguran que Bill Clinton
no asistirá con regularidad a las reuniones del gabinete. No estará invitado a
la Sala de Situaciones. Deberá alejarse del trabajo de la fundación de la
familia y quizá ni siquiera tenga una oficina en el Ala Oeste, pues resulta
poco atractiva la imagen de un expresidente y esposo mirando por encima del
hombro de la primera comandante en jefe…
A
sus 69 años de edad, Bill Clinton todavía desea estar al centro de la acción,
según explican sus amigos, y sus intereses intelectuales y curiosidad no se han
reducido.
Un
colaborador comenta que ahora dedica una hora más cada día a distintas lecturas
sobre las economías del mundo, en parte como preparación para ayudar a Hillary
si le pide ayuda en el área de revitalización económica, como ha indicado.
Disfruta trabajar en el extranjero, y su popularidad es altísima en muchos
países; también le gusta llamar a quien quiera, cuando quiera, en especial a su
esposa. Pero si los Clinton regresan a la Casa Blanca, será inevitable que su
vida quede más circunscrita, y se esperaría que muestre la autodisciplina que
la mayoría de los primeros cónyuges han demostrado…
Los
amigos del presidente creen que la opción más inteligente sería una designación
importante pero muy específica, como dirigir un grupo para combatir el cambio
climático, la pobreza global o la epidemia de VIH-sida. A quienes trabajaron en
la administración de Clinton, les gusta la idea de que sea enviado de paz para
el Medio Oriente, en vista de sus acciones hercúleas en la región durante su
presidencia, o como cierta especie de mente maestra en el sector empleos con el
objetivo de reconstruir las regiones que pasan más dificultades.
A
diferencia de Hillary Clinton, quien no conocía Washington cuando se convirtió
en primera dama, el presidente trae consigo un sinnúmero de relaciones
políticas, experiencia diplomática y un amplio conocimiento sobre los problemas
y crisis que enfrentan los presidentes. Él podría hacer llamadas discretas a
gobernadores, miembros del congreso y líderes empresariales, o desempeñar un
papel importante en negociaciones entre líderes extranjeros o en zonas de
conflicto alrededor del mundo. Continuar la lectura
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