Editorial, The New
York Times, 29-9-16
“En un año electoral normal,
compararíamos a los dos candidatos presidenciales por su desempeño en cada
tema. Sin embargo, este no es un año electoral normal”.
“Una comparación como esa
sería un ejercicio nulo en una campaña en la que una candidata —Hillary
Clinton— tiene una larga lista de propuestas prácticas; mientras que el otro,
Donald Trump, no dice nada concreto mientras promete el cielo y las estrellas”…
“El mejor argumento a favor de
Hillary Clinton no puede ser, y no es, que no es Donald Trump. El mejor
argumento tiene que ver con los desafíos que enfrenta este país y la capacidad
de Clinton para estar a la altura”.
“La campaña presidencial de 2016 ha sacado a
relucir la desesperación y la rabia de los estadounidenses pobres y la clase
media, quienes dicen que el gobierno ha hecho poco para aligerar el peso de la
recesión, el cambio tecnológico, la competencia extranjera y la guerra, que han
afectado a sus familias”.
“Durante cuarenta años de vida
pública, Hillary Clinton ha estudiado estas fuerzas y ha sopesado las
respuestas a esos problemas…”. “…los tropiezos de Clinton, aunados a los
ataques hacia su confianza, han distorsionado las percepciones de su carácter…”.
“En la guerra y en la recesión, los
estadounidenses que nacieron a partir del 11 de septiembre han tenido que
crecer rápido y merecen a un presidente que se comporte cómo un adulto. Una
vida comprometida con resolver problemas en el mundo real califica a Hillary
Clinton para este trabajo, y el país debería pedirle que se ponga manos a la
obra”. Leer más
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