Revisar
la demanda contra los rusos por parte del Departamento
de Justicia a nombre del
fiscal especial Robert Mueller, sirve para entender el contexto político que
vive Estados Unidos, particularmente porque es motivo de lecturas encontradas entre
demócratas y republicanos. El documento demanda a 13 individuos y 3 compañías,
todos de nacionalidad Rusia, mientras muestra los avances en la investigación
sobre la complicidad que puso existir entre la campaña presidencial de Donald
Trump y el espionaje ruso para influir
en los comicios de 2016. A partir de la publicación del documento, los
demócratas son partidarios de que la acusación pone fin a las preguntas sobre
si la intromisión rusa era un “engaño”, no obstante, los aliados del presidente
Donald Trump insisten en que no se muestran nuevas pruebas de los presuntos
nexos de la campaña con el gobierno de Vladimir Putin. La demanda indica que la
estrategia rusa socavó a varios candidatos presidenciales, incluidos los
rivales de Trump en el Partido Republicano, como Marco Rubio y Ted Cruz, ahora
senadores por Florida y por Texas, respectivamente; pero el objetivo central de
los rusos fue sabotear a la entonces candidata a la presidencia Hillary Clinton,
del Partido Demócrata. En definitiva, no se mencionan a funcionarios ni
asociados al equipo de Trump, pero es necesario revisar cómo se señala, en la
acusación el equipo de Mueller, que la Internet
Research Agency, una organización rusa de difusión de propaganda en Internet, buscó sembrar la discordia en
el sistema político al influir sobre el proceso electoral de 2016.
District of
Columbia. Indictment. Department of
Justice. 02-16-18.
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